miércoles, 18 de mayo de 2011

Hablando de lenguas

¿Qué tienen en común la lengua de un gato doméstico, la de un colibrí y la de un murciélago de Ecuador? Que las tres sirven para lo mismo, aunque ninguna de ellas se parezca en nada a las otras. Eso sí, las tres son un portento de adaptación evolutiva.













La forma en la que se alimenta un colibrí, aleteando a una velocidad de vértigo para mantenerse suspendido en el aire mientras su pico y lengua se afanan en capturar el dulce néctar de una flor, ha asombrado siempre a los ornitólogos. Pero hasta ahora no se sabía exactamente cómo estas pequeñas aves capturan el ansiado manjar.

Los ornitólogos creían que la lengua tubular del colibrí utilizaba el fenómeno físico de la capilaridad para capturar el alimento, de forma que el néctar ascendía por ella como si lo hiciera por un tubo capilar, sin gastar energía para vencer la gravedad. Es lo mismo que ocurre cuando una toallita de papel absorbe un derrame de tinta, o cuando el agua de las raíces de una planta llega a las hojas.







Ha sido un grupo de investigadores de la Universidad de Connecticut, en Estado Unidos, dirigido por Alejandro Rico-Guevara, quien se ha apuntado el tanto de haber esclarecido el misterio, arrinconando la vieja teoría. , Rico Guevara y su equipo utilizaron una cámara de vídeo de alta velocidad y gran definición para ver a través de flores artificiales que ellos mismos habían preparado y capturar exactamente lo que sucede cuando los colibríes beben el néctar. Grabaron a 30 colibríes de diez especies diferentes y realizaron el examen microscópico de los cadáveres de otras 20 aves.


Lo que encontraron fue muy diferente a lo que proponía la vieja teoría. Al entrar en contacto con un líquido, la lengua tubular del colibrí se comporta como la lengua bífida de una serpiente, de forma que el néctar prácticamente se adhiere a la lengua del ave. De esta forma consigue atrapar el néctar y retraerse a continuación, tirando del líquido hacia la boca del pájaro. Los investigadores creen que otras especies de los más de 200 tipos de aves que se alimentan de néctar podrían utilizar este sistema.


La lengua del colibrí, en contacto con el néctar


Por su parte, Roman Stocker, del Instituto de Tecnología de Massachussets, en Estados Unidos, nos ha sorprendido también con su trabajo de investigación. Este científico ha estudiado la lengua de los gatos domésticos, llegando a la conclusión de que estos animales utilizan dos fuerzas físicas, la de la gravedad y la de la inercia, para succionar los líquidos solo con la punta de la lengua. Otra sorpresa fue la rápida velocidad con la que se mueve la lengua de un gato.





Stocker comprobó que, al igual que la trompa de los elefantes y los tentáculos del pulpo, la lengua de los gatos es extremadamente ágil. Los gatos curvan la lengua hacia atrás de modo que la superficie superior toca ligeramente el líquido. Cuando el animal levanta su lengua con rapidez, el agua se repliega en una columna de líquido que crece por inercia. Entonces, el gato cierra su mandíbula para capturar el líquido antes de que la gravedad rompa la columna. Y esta lengua es también muy rápida, ya que puede moverse nada menos que un metro por segundo. Curiosamente, cuanto más grande es un gato, más lento bebe.





Y ahora hemos sabido qué animal tiene la lengua más larga Es el Anoura fistulata, un murciélago que ha sido descubierto en los Andes ecuatorianos por un equipo de biólogos de la Universidad de Miami, en Estados Unidos. Posee la lengua más larga de todos los mamíferos en relación a su cuerpo, y la segunda entre todos los vertebrados, después del camaleón. Su apéndice bucal mide 1,5 veces la longitud de su anatomía, que es de 5 centímetros. Si los humanos tuviéramos una lengua tan larga, podríamos tocar con ella los dedos del pie estando en posición vertical. La le agua del murciélago e extiende totalmente, como se aprecia en la imagen, para chupar el dulce néctar de la flor de Centropogon nigricans, de la familia de las campanillas. Esta planta depende exclusivamente del murciélago para su polinización, por lo que se cree que ambos han evolucionado conjuntamente. ¿Pero cómo se apaña el animal para no ir arrastrando semejante órgano? Se traga su propia lengua: la pliega hacia atrás y la guarda en el interior de la caja torácica, entre el corazón y el esternón.





(picar en las imágenes para ampliar)

No hay comentarios:

Publicar un comentario