miércoles, 18 de mayo de 2011

Una princesa egipcia con aterosclerosis


La princesa Ahmose- Meryet-Amon, que vivió hace más de 3.500 años, es el primer caso de una momia en la que se ha diagnosticado esta enfermedad coronaria







La aterosclerosis, según dicen, es la principal causa de muerte de los países occidentales, desarrollados o del primer mundo, asociada a un estilo de vida poco saludable. Los principales factores de riesgo - dieta rica en colesterol, tabaco, hipertensión arterial, diabetes - que provocan esta enfermedad originan depósitos de sustancias grasas en las arterias, inflamación y finalmente estrechamiento de las mismas y obstrucción del flujo sanguíneo Hasta aquí es lo que nos diría un médico en la consulta. Pero recientes descubrimientos ponen en tela de juicio la percepción de la aterosclerosis como una enfermedad moderna.

Pensamos en la aterosclerosis como una enfermedad propia del estilo de vida acorde con el tiempo actual, pero parece ser que también existía en la época de los faraones del antiguo Egipto. En efecto, veamos por qué.








La momia de una princesa egipcia, llamada Ahmose-Meryet-Amon, que vivió en Tebas (Luxor) entre 1580 y 1550 a.C, acaba de ser sometida a un chequeo médico de todo el cuerpo mediante escáner. El resultado no puede ser más concluyente: esa princesa, que murió con poco más de 40 años, padecía de aterosclerosis en dos de sus tres arterias coronarias principales. Es la primera persona en la historia de la Humanidad diagnosticada de enfermedad arterial coronaria, según los artífices de este chequeo médico, que forman parte de un equipo internacional de investigadores, liderados por Gregory S. Thomas, director de Cardiología de la Universidad de California, en Irvine (Estados Unidos), y Adel Allam, de la Universidad Al Azhar, en El Cairo (Egipto).



Debido a su condición de princesa del Antiguo Egipto, fue hija del Seqenenra Tao II, el penúltimo faraón de la dinastía XVII, Ahmose- Meryet-Amon debió gozar de una vida cómoda y aparentemente saludable. Sin embargo, ¿cómo pudo esta “enfermedad de la vida moderna” afectarla de forma tan notable? Sus principales arterias estaban tan dañadas que de haber vivido en la actualidad, la princesa habría necesitado una operación de quirúrgica de baipás, para restaura la circulación normal de las arterias que irrigan el corazón, según ha comentado Gregory Thomas.







Los investigadores barajan varias posibilidades para intentar explicar semejante incoherencia. En primer lugar, tal vez en la dieta de esta princesa había otros alimentos, además de cereales, frutas y verduras. Como miembro de la realeza, podría haber consumido mucha más grasas en forma de carne, mantequilla y queso que el pueblo llano. Además, la comida se conservaba en sal, lo que podría haber tenido un efecto negativo sobre su salud.

Los investigadores sugieren asimismo la posibilidad de que una respuesta inflamatoria a las frecuentes infecciones parasitarias, comunes en el antiguo Egipto, podrían haber predispuesto a la aparición de enfermedades coronarias. Y, finalmente, apuntan otra contingencia, que podría estar relacionada con algún factor de riesgo desconocido para la enfermedad cardiovascular o al menos un vínculo aún ignorado por la Medicina moderna. El doctor Allam señala un probable efecto de la herencia genética, apuntando que parte de la predisposición humana frente a la aterosclerosis podría encontrarse en los genes. No se puede descartar nada, ya que ha descubierto que otros miembros de la familia de la princesa tenían síntomas de la misma patología.


A partir de estos descubrimientos y de lo que ya se sabía se abre el debate. ¿Son las enfermedades coronarias el resultado de los malos hábitos de la vida moderna? ¿Estaríamos los humanos predispuestos a la aterosclerosis? ¿Hay un único factor, o varios? Las preguntas quedan en el aire.




(picar en todas las imágenes para ampliar)



Fotos: Universidad de California en Irvine

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